“Les dijo a sus hijos y nietos: ‘Váyanse a Europa o a Estados Unidos y reciban una buena educación’”, explicó al diario británico Zakaria Al Sadah, cuya hermana Amal, una yemení, era la quinta esposa del jefe de AL Qaida, muerto en Pakistán hace nueve meses en una operación estadounidense.
Según este testimonio, Bin Laden estaba decidido a que sus hijos “no siguieran como él la vía de la Yihad”.
“Deben estudiar, vivir en paz y no hacer lo que yo hago o lo que yo hice” les repetía Bin Laden, según el cuñado.
En la entrevista, Al Sadah explica que las tres esposas y los nueve hijos que vivían con Bin Laden en Pakistán se encuentran encerrados desde hace meses en un apartamento de tres habitaciones, sin ventanas, en Islamabad, vigilados por los servicios secretos paquistaníes.
Los niños están “traumados” por el ataque de un comando estadounidense que acabó con la vida de Bin Laden, según Al Sadah, quien ha podido visitarles varias ocasiones desde noviembre.
Según esta fuente, Amal y las otras mujeres de Bin Laden han iniciado una huelga de hambre para protestar por su situación, ya que “no deben pagar por lo que hizo su marido”.
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