miércoles, febrero 15, 2012

El gran mito de la solvencia griega

El gran mito de la solvencia griega

Greece_defaultPor Alvaro Vargas Llosa
Forbes -
Si bien las medidas de austeridad aprobadas recientemente por el gobierno griego pueden ser muy reales, la idea de que estas tardías acciones pueden alejar a Grecia de la suspensión de pagos es tan ficticia como la “Teogonía” del poeta épico griego Hesíodo.
La razón es simple: porque Grecia ha estado en default desde hace mucho tiempo. Los bonos soberanos griegos son en realidad un mito. Decir lo contrario implica apelar a un mito helénico, no al tipo de informe honesto que pertenece a las páginas sobre negocios y finanzas de los periódicos.

Las actuales negociaciones entre los acreedores privados de Grecia y el gobierno griego (en realidad, la Unión Europea) – con el objetivo de encontrar una solución a la deuda de más de 14.000 millones de euros que vencerá en marzo – son por lo tanto una ficción.
¿Cuál es sino el significado del hecho que los acreedores privados están ahora proponiendo una condonación de hasta el 70 por ciento de la deuda de Grecia?
Si uno presta 100 dólares a un amigo y al cabo de un tiempo le dice a ese amigo que si le devuelve 30 dólares se dará por satisfecho, lo que realmente le está diciendo es: “¡Aunque sea págame algo para que mi esposa no me eche de casa por la vergüenza de estar casado con un idiota!” ¿Y qué, si no la suspensión de pagos es lo que significa el hecho de que el gobierno griego (en realidad, la Unión Europea) se esté resistiendo a esa oferta increíble con el pretexto de que los acreedores están pidiendo un interés demasiado alto para los nuevos bonos que reemplazarían a los existentes?
Durante gran parte de su historia, las fronteras entre la mitología y la realidad se confundieron en Grecia. Pericles, por ejemplo, pudo mantener la ficción de que había dinero suficiente para costear el imperio ateniense gracias a que echo mano del Tesoro de la Confederación de Delos, pero eso se trató de un saqueo, no de producción – y el mito de Pericles acabó en la ruina. Durante un tiempo pareció que los griegos eran capaces de separar la mitología de la realidad, pero ahora la vieja tradición parece haber retornado.
La mitología del bono soberano griego lleva ya demasiado tiempo. Empezó cuando los acreedores de Grecia pactaron una quita de 21% partiendo de la premisa fantástica de que Atenas reduciría su deuda como proporción del PIB a 80% hacia el ejercicio fiscal 2013/14. Luego continuó cuando al poco tiempo modificaron la quita, ampliándola al 50%.
Ahora están hablando de una quita de hasta un 70 por ciento, mientras Grecia demora la reducción de la deuda, si bien la propuesta presentada más recientemente sugiriere que el país podría ser capaz de reducir su deuda a un 120 por ciento del PIB en 2020. Esto es Hesíodo puro.
La dimensión mitológica aquí no radica sólo en afirmar que no hay suspensión de pagos, cuando eso es exactamente lo que hay, sino también en seguir hablando de un acuerdo “voluntario” entre los acreedores privados y el gobierno griego.
Parte de la razón por la que se mantiene esta ficción tiene que ver con los credit default swaps, una especie de seguro contra impagos. A diferencia de lo que sucede cuando usted deja de pagar sus deudas sin decirlo, Grecia se declararía oficialmente imposibilitada de pagar, provocando lo que en la jerga financiera se conoce como un “evento de crédito”. Como resultado de ello, sería esperable que las instituciones que ofrecen seguros sobre la deuda de Grecia resarzan enormes reclamos (más allá de su capacidad real de pago).
Otro aspecto mitológico de este drama tiene que ver con el Banco Central Europeo (BCE), que actualmente tiene cerca de 55.000 millones de euros en bonos griegos y, a diferencia de los acreedores privados, no acepta quita alguna. El BCE prefiere esperar a que alguien, tal vez el fondo europeo de rescate, adquiera los bonos. Pero, ¿quién terminará financiando al fondo de rescate? ¿Quién sino el BCE?
¿Por qué se encuentran Grecia, la UE y otros tan temerosos de una suspensión de pagos cuando ese ha sido siempre el mecanismo por el cual aquellos que quiebran salen de esa condición?
El capitalismo ha inventado dos maneras (que vienen a ser algo similar) de superar una crisis financiera aparentemente irreversible – la suspensión de pagos y la quiebra. Son las únicas formas en las que el sistema puede purgar sus excesos. De lo contrario esos excesos siguen enquistados en el sistema, evitando su resolución.
A lo largo de la historia, ha habido cerca de 100 suspensiones de pago soberanas en Europa. Esas suspensiones de pagos – seguidas de devaluaciones que reflejaban el valor real de la moneda – facilitaron el proceso de limpiar la mugre. Es hora de que Grecia (en realidad, la Unión Europea) entienda esto.
Que las consecuencias para Grecia sean las que tengan que ser. No serán peores que la prolongación de la crisis hasta el infinito.

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