miércoles, febrero 22, 2012

México, el país que aprendió de los errores

Gran oportunidad para mostrar que, tras hacer bien la tarea en materia económica, podemos facilitar los acuerdos del G20.
México, en la posición saludable que goza, tiene la oportunidad histórica de conducir bajo su presidencia del G20 las discusiones para facilitar el diálogo y los acuerdos que necesita el mundo en este momento de incertidumbre financiera, destacó Gerardo Rodríguez subsecretario de Hacienda y Crédito Público.
El funcionario con apenas un año en el cargo, subrayó que el país aprendió de sus errores y de las frecuentes crisis económicas que ha experimentado.


¿México aprendió por las malas?
Si, desafortunadamente demasiadas crisis, pero eso sirvió para generar consensos entre distintos actores económicos y tener la disciplina fiscal que hoy gozamos. Vivimos un entorno de gran fragilidad por la situación de Europa, en ese contexto abordamos la presidencia del G20 y por eso es una gran oportunidad para mostrar que después de hacer bien la tarea en materia económica y financiera, de crecer bien y sin ningún tipo de desequilibrios, podemos conducir las discusiones y facilitar los acuerdos que estabilicen la economía mundial.
¿Es un desafío en el actual contexto?
Sí, es muy complicada la dinámica por las distintas económicas y sus diferentes intereses, pero ahí es donde México tiene el reto para conducir el diálogo para llegar acuerdos.
Hoy el país tiene el reconocimiento de la comunidad internacional no sólo de que hemos sido un país responsable económica y financieramente, sino de un buen interlocutor para facilitar los pactos.
¿Cuáles son los retos que tiene la presidencia de México en el G20?
Tenemos cuatro fundamentales. El primero es reenfocar las discusiones del G20 a los temas económicos y financieros que requieren atención inminente. En segundo lugar, necesitamos apuntalar desde el grupo las facilidades de apoyo internacional para la deuda soberana tanto de Europa como a través del FMI. Como tercer punto, queremos avanzar en los acuerdos estructurales por país para contribuir a un crecimiento balanceado y sostenible en el mediano plazo, y por último impulsar la agenda de crecimiento verde y financiamiento al cambio climático.
¿Habrá mayores recursos para el FMI?
Será un tema de discusión importante el próximo fin de semana, aunque todavía no es posible llegar a un acuerdo porque estamos detonando el proceso que vamos establecer, acordando la estrategia y los tiempos para que en los siguientes meses lleguemos con un paquete con cifras puntuales de apoyo.
¿Serán 500 mil millones de dólares?
La estimación de los 500 mil millones es del FMI, de lo que se necesita alrededor del mundo, en el G20 sólo ha sido utilizada como una referencia adicional. Aún es temprano para hablar de cifras específicas tanto de las cuotas de México en particular como del paquete completo.
¿Tenemos buen blindaje contra choques externos?
Ha sido una inversión de más de 10 años. Después de la crisis de 1994 se tomaron decisiones en materia de política económica que nos llevaron a que la deuda pública, que antes era una fuente de preocupación y vulnerabilidad, hoy es una fuente de fortaleza. Hoy la deuda interna tiene un plazo promedio superior a la de Estados Unidos, esto es parte del blindaje así como el ahorro interno, un sistema bancario bien capitalizado que presta, buen nivel de reservas internacionales y la línea del crédito del FMI. Sin embargo, no estamos aislados de la dinámica internacional y en la medida en que no se tomen las acciones globales para resolver la crisis en Europa, México puede resultar afectado.
¿Habrá transición económica ordenada hacia la siguiente administración?
Los cambios sexenales han dejado de ser un elemento de incertidumbre para la estabilidad económica del país. Esta solidez nos permite que la firmeza de la actividad no esté en función de un proceso electoral, sino vaya más allá y trascienda.

¿A qué está obligado el próximo gobierno federal?

La estabilidad es un bien público que a todos nos conviene cuidar y por lo tanto en un cambio de gobierno nadie tiene ningún incentivo para tomar medidas que pudieran desestabilizar la economía. Sin duda hacia delante el reto es cómo usar esa plataforma de estabilidad y solidez para acelerar el ritmo de crecimiento y ahí tenemos un espacio importante de política económica.

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