Elecciones Venezuela
De izq. a der., , los candidatos de la oposición venezolana: Diego
Arrias, Henrique Capriles, Pablo Medina, María Corina Machado, Leopoldo
López y Pablo Pérez, en Caracas a finales de enero.
Antonio Maria Delgado
Los venezolanos tiene previsto acudir a las urnas el domingo para
escoger al candidato presidencial que enfrentará a Hugo Chávez en los
comicios de octubre, en medio de aseveraciones de que la oposición está
hoy mejor posicionada que nunca para derrotar electoralmente a la
revolución bolivariana.
Eso, sin embargo, no quiere decir que el mandato de Chávez tiene sus días contados.
Expertos consultados por El Nuevo Herald dijeron que el camino de la oposición hacia una victoria electoral está plagado de dificultades y peligros, ante un mandatario que cuenta con miles de millones de dólares acumulados en sus arcas de guerra para comprar las preferencias del electorado. A ellos se suman las persistentes dudas sobre la imparcialidad de un árbitro electoral, que yace bajo estricto control del gobierno y las abiertas amenazas de la cúpula militar de que las Fuerzas Armadas no reconocerán un gobierno distinto al de Chávez.
Pero la oposición tiene algunas razones para celebrar independientemente de quién gane los comicios del domingo.
Carlos Romero, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Central de Venezuela, declaró que las primarias han servido para fortalecer la marca de la oposición entre el electorado.
“Esto ha sido una especie de renacimiento. Después de varios años de una gran desconexión entre los electores y los dirigentes políticos, este proceso interno ha impulsado nuevamente a los sectores de la oposición en Venezuela”, comentó Romero.
“Los está motivando a participar nuevamente en el proceso e inclusive está llevando a algunos de los que han estado con Chávez en el pasado a comenzar a ver a la oposición como una opción de poder”, añadió.
Esa percepción es compartida por los distintos integrantes de la oposición aún cuando se prevé que solo un 10 por ciento de los electores registrados acudan a votar el domingo.
Portavoces del gobierno desde ya han declarado como un fracaso el llamado a las elecciones primarias, argumentando que la esperada alta abstención es una clara señal del escaso poder de convocatoria de la Mesa de la Unidad Democrática, organización que aglutina a una veintena de partidos políticos de la oposición.
No obstante, los números estimados para la elección venezolana estarían en línea con lo que suele registrarse en este tipo de procesos, explicó José Gil Yépez, socio director de la encuestadora Datanálisis.
“Unas primarias en cualquier país del mundo en la que participen de un 1,500,000 a dos millones de votantes de un total de 19 millones son bastante buenas”, indicó recientemente durante un foro económico.
Esos dos millones de votantes deberán escoger entre cinco candidatos, incluyendo a los favoritos de la contienda: el gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles y su homólogo del estado Zulia, Pablo Pérez.
Las encuestas colocan en primer lugar a Capriles, un abogado que compite bajo una plataforma de centro izquierdista y quien promete hacer uso de la enorme renta petrolera del país para impulsar la producción y la inversión pública y privada.
Pérez, por su parte, adoptó como bandera el combate a la creciente delincuencia y la defensa de la descentralización, tendiendo al mismo tiempo una rama de olivo a las fuerzas del chavismo y asegurando que de ser presidente no emprenderá una “cacería de brujas”.
En tercer puesto, las encuestas colocan a la diputada independiente María Corina Machado, quien se ha convertido en una importante voz crítica de las fallas del gobierno, seguida por el ex embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas Diego Arria y el ex senador Pablo Medina.
Los cinco candidatos coinciden en que el gobierno de Chávez ha sido un rotundo fracaso. Pero sus planteamientos difieren sobre cual debería ser el camino a seguir para dejar atrás al chavismo, explicó el analista político José Vicente Carrasquero.
“Hay una clara diferencia entre las posturas. Estas van desde la propuesta de Diego Arria, quien quiere ir hacia una Asamblea Constituyente y hacer un esfuerzo de refundación de la República, hasta la de los gobernadores que han evitado ese estado de enfrentamiento permanente contra Chávez que en el pasado no ha tenido buenos resultados”, comentó Carrasquero.
En el centro de estos polos, aunque más inclinados hacia el lado de Arria, están Machado y Medina.
“Es un espectro que va desde quienes consideran que hay que empezar de nuevo y los candidatos que dicen que con lo que tenemos podemos empezar a construir. Yo creo que esos candidatos que no parten con la ‘Refundación de la Nación’ están en este momento mejor posicionados frente a quienes tienen planteamientos un poco más rudos de transformación”, expresó Carrasquero.
Pese a sus diferentes posturas los cinco candidatos han prometido cerrar flancos en torno al ganador de los comicios del domingo, en lo que representa un ejercicio de la unión entre los opositores que estuvo ausente en elecciones anteriores.
Esa unidad, sumado al gradual deterioro que Chávez ha sufrido en los últimos años de su gobierno, está llevando a muchos analistas a creer que la oposición está hoy en día mejor posicionada que en el pasado para salir airosa en las urnas.
Pero Chávez cuenta con grandes recursos en su arsenal, incluyendo miles de millones de dólares acumulados en el Fondo de Desarrollo Nacional (FONDEN), que el mandatario administra a sus anchas, sin rendirle cuentas a nadie.
Analistas estiman que ese fondo obtuvo cerca de $11,000 millones tan solo el año pasado.
Federico Barriga, economista para América Latina de The Economist Intelligence Unit, afirmó que el gobierno de Chávez tiene previsto aumentar el gasto público este año con fines electorales.
“Existe una política clara del gobierno de gastar para que la gente consuma, y así haya un crecimiento”, comentó Barriga, quien comentó que esto ya ha comenzado a verse.
“De los datos que hay del último trimestre y del primer mes de este año, la tasa de crecimiento del gasto fiscal ha sido bien alta, mucho más alta de lo que es normalmente, y esto es una consecuencia directa de que Chávez está buscando su reelección. Y entre las preocupaciones de la población, la parte económica es muy importante junto con el tema de la inseguridad personal”, añadió.
Ese enorme gasto del Estado sería difícil de contrarrestar por una oposición que carece de financiamiento y realiza sus campañas con las uñas.
También existen las dudas sobre la confiabilidad en la gestión del Consejo Nacional Electoral, organización dentro de la cual la oposición cuenta con una participación muy escasa.
Hacerle frente a esa situación es una de las principales tareas que la oposición debe asumir a partir del lunes, comentó el abogado y columnista Orlando Viera Blanco.
“Van a tener que hablarle claro al país, porque aquí el gran riesgo es llevar al país a una derrota solapada porque se sabe, es burdo, que existe una penetración del sistema electoral que debe ser auditada”, comentó el analista, quien enfatizó la existencia de grandes irregularidades dentro del registro electoral.
“No existe estadística posible que tolere y soporte una población de 19 millones de venezolanos mayores de 18 años y un registro electoral de 18.33 millones de electores inscritos, lo cual representa que el 99 por ciento de los venezolanos mayores 18 años están inscritos en el registro electoral”, expresó resaltando la imposibilidad estadística de que todas las personas elegibles para votar estén registradas para hacerlo.
Eso, sin embargo, no quiere decir que el mandato de Chávez tiene sus días contados.
Expertos consultados por El Nuevo Herald dijeron que el camino de la oposición hacia una victoria electoral está plagado de dificultades y peligros, ante un mandatario que cuenta con miles de millones de dólares acumulados en sus arcas de guerra para comprar las preferencias del electorado. A ellos se suman las persistentes dudas sobre la imparcialidad de un árbitro electoral, que yace bajo estricto control del gobierno y las abiertas amenazas de la cúpula militar de que las Fuerzas Armadas no reconocerán un gobierno distinto al de Chávez.
Pero la oposición tiene algunas razones para celebrar independientemente de quién gane los comicios del domingo.
Carlos Romero, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Central de Venezuela, declaró que las primarias han servido para fortalecer la marca de la oposición entre el electorado.
“Esto ha sido una especie de renacimiento. Después de varios años de una gran desconexión entre los electores y los dirigentes políticos, este proceso interno ha impulsado nuevamente a los sectores de la oposición en Venezuela”, comentó Romero.
“Los está motivando a participar nuevamente en el proceso e inclusive está llevando a algunos de los que han estado con Chávez en el pasado a comenzar a ver a la oposición como una opción de poder”, añadió.
Esa percepción es compartida por los distintos integrantes de la oposición aún cuando se prevé que solo un 10 por ciento de los electores registrados acudan a votar el domingo.
Portavoces del gobierno desde ya han declarado como un fracaso el llamado a las elecciones primarias, argumentando que la esperada alta abstención es una clara señal del escaso poder de convocatoria de la Mesa de la Unidad Democrática, organización que aglutina a una veintena de partidos políticos de la oposición.
No obstante, los números estimados para la elección venezolana estarían en línea con lo que suele registrarse en este tipo de procesos, explicó José Gil Yépez, socio director de la encuestadora Datanálisis.
“Unas primarias en cualquier país del mundo en la que participen de un 1,500,000 a dos millones de votantes de un total de 19 millones son bastante buenas”, indicó recientemente durante un foro económico.
Esos dos millones de votantes deberán escoger entre cinco candidatos, incluyendo a los favoritos de la contienda: el gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles y su homólogo del estado Zulia, Pablo Pérez.
Las encuestas colocan en primer lugar a Capriles, un abogado que compite bajo una plataforma de centro izquierdista y quien promete hacer uso de la enorme renta petrolera del país para impulsar la producción y la inversión pública y privada.
Pérez, por su parte, adoptó como bandera el combate a la creciente delincuencia y la defensa de la descentralización, tendiendo al mismo tiempo una rama de olivo a las fuerzas del chavismo y asegurando que de ser presidente no emprenderá una “cacería de brujas”.
En tercer puesto, las encuestas colocan a la diputada independiente María Corina Machado, quien se ha convertido en una importante voz crítica de las fallas del gobierno, seguida por el ex embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas Diego Arria y el ex senador Pablo Medina.
Los cinco candidatos coinciden en que el gobierno de Chávez ha sido un rotundo fracaso. Pero sus planteamientos difieren sobre cual debería ser el camino a seguir para dejar atrás al chavismo, explicó el analista político José Vicente Carrasquero.
“Hay una clara diferencia entre las posturas. Estas van desde la propuesta de Diego Arria, quien quiere ir hacia una Asamblea Constituyente y hacer un esfuerzo de refundación de la República, hasta la de los gobernadores que han evitado ese estado de enfrentamiento permanente contra Chávez que en el pasado no ha tenido buenos resultados”, comentó Carrasquero.
En el centro de estos polos, aunque más inclinados hacia el lado de Arria, están Machado y Medina.
“Es un espectro que va desde quienes consideran que hay que empezar de nuevo y los candidatos que dicen que con lo que tenemos podemos empezar a construir. Yo creo que esos candidatos que no parten con la ‘Refundación de la Nación’ están en este momento mejor posicionados frente a quienes tienen planteamientos un poco más rudos de transformación”, expresó Carrasquero.
Pese a sus diferentes posturas los cinco candidatos han prometido cerrar flancos en torno al ganador de los comicios del domingo, en lo que representa un ejercicio de la unión entre los opositores que estuvo ausente en elecciones anteriores.
Esa unidad, sumado al gradual deterioro que Chávez ha sufrido en los últimos años de su gobierno, está llevando a muchos analistas a creer que la oposición está hoy en día mejor posicionada que en el pasado para salir airosa en las urnas.
Pero Chávez cuenta con grandes recursos en su arsenal, incluyendo miles de millones de dólares acumulados en el Fondo de Desarrollo Nacional (FONDEN), que el mandatario administra a sus anchas, sin rendirle cuentas a nadie.
Analistas estiman que ese fondo obtuvo cerca de $11,000 millones tan solo el año pasado.
Federico Barriga, economista para América Latina de The Economist Intelligence Unit, afirmó que el gobierno de Chávez tiene previsto aumentar el gasto público este año con fines electorales.
“Existe una política clara del gobierno de gastar para que la gente consuma, y así haya un crecimiento”, comentó Barriga, quien comentó que esto ya ha comenzado a verse.
“De los datos que hay del último trimestre y del primer mes de este año, la tasa de crecimiento del gasto fiscal ha sido bien alta, mucho más alta de lo que es normalmente, y esto es una consecuencia directa de que Chávez está buscando su reelección. Y entre las preocupaciones de la población, la parte económica es muy importante junto con el tema de la inseguridad personal”, añadió.
Ese enorme gasto del Estado sería difícil de contrarrestar por una oposición que carece de financiamiento y realiza sus campañas con las uñas.
También existen las dudas sobre la confiabilidad en la gestión del Consejo Nacional Electoral, organización dentro de la cual la oposición cuenta con una participación muy escasa.
Hacerle frente a esa situación es una de las principales tareas que la oposición debe asumir a partir del lunes, comentó el abogado y columnista Orlando Viera Blanco.
“Van a tener que hablarle claro al país, porque aquí el gran riesgo es llevar al país a una derrota solapada porque se sabe, es burdo, que existe una penetración del sistema electoral que debe ser auditada”, comentó el analista, quien enfatizó la existencia de grandes irregularidades dentro del registro electoral.
“No existe estadística posible que tolere y soporte una población de 19 millones de venezolanos mayores de 18 años y un registro electoral de 18.33 millones de electores inscritos, lo cual representa que el 99 por ciento de los venezolanos mayores 18 años están inscritos en el registro electoral”, expresó resaltando la imposibilidad estadística de que todas las personas elegibles para votar estén registradas para hacerlo.
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