miércoles, febrero 15, 2012

Sarkozy anuncia oficialmente su candidatura a las Presidenciales

Internacional

El jefe del Estado francés puso fin a las especulaciones y justificó su apuesta por la reelección


“Sí. Soy candidato a la presidencia de la República. Francia, como el resto del mundo, atraviesa una crisis excepcionalmente grave. Un capitán debe estar al timón de su barco cuando es necesario atravesar una tormenta...”. Con esas palabras anunció Nicolas Sarkozy su candidatura a la reelección a la presidencia de la República, en las próximas elecciones presidenciales, a dos vueltas, el 26 de abril y el 6 de mayo próximo.

Desvelando el slogan definitivo de su próxima campaña, “Por una Francia fuerte”, Sarkozy comentó: “Solo una Francia fuerte puede proteger a los franceses. Debemos seguir reformando. Estoy orgulloso de las reformas realizadas durante mi mandato”. La formación de los parados será una de las prioridades del candidato Sarkozy.
A juicio del presidente candidato, “Francia debe seguir reformando, para no encontrarse en la situación de Grecia o España”. Sarkozy se presenta como el candidato de las “reformas” contra el “inmovilismo” del candidato socialista, François Hollande.

Referéndum nacional

Tras esa declaración de principios, Sarkozy anunció la convocatoria de un primer referéndum nacional, si consigue la victoria: un referendo sin precedentes sobre el estatuto, derechos y deberes de los parados, prometiendo “solidaridad y formación, para acabar con la cultura de la asistencia pública”. “Daré la palabra a los franceses siempre que sea necesario zanjar problemas de fondo”, agregó.
Horas antes de abandonar el pedestal de jefe del Estado, para convertirse en candidato a su propia reelección, Nicolas Sarkozy había confirmado su confianza absoluta en la victoria que no anuncian los sondeos: “Francia es un país profundamente conservador. Quizá más conservador que hace cinco años. Esa Francia de derechas está inquieta, cómo no estarlo: pero no le dará el poder a un socialista blando y fofo, sin carisma. Mi campaña estará centrada en ese objetivo único: devolver la esperanza a todos los franceses, insistiendo en sus valores básicos, trabajo, responsabilidad y autoridad. Solo una Francia fuerte capaz de proteger y ofrecer su solidaridad a los más necesitados”
Tras el esperado anuncio de la entrada oficial en campaña, mucho antes de lo previsto, el presidente ha elegido una estrategia simple e imprevisible: el candidato Sarkozy intentará hacer olvidar al presidente Sarkozy, haciendo un balance positivo de su mandato presidencial, pero lanzando proposiciones.
A los proletarios conservadores o muy conservadores, tentados por el extremismo de Marine Le Pen, Sarkozy les dirá: “Abandonar el euro sería una catástrofe para los más débiles. Debemos proteger a los franceses más necesitados. Para eso debemos proteger nuestras industrias y nuestro modelo social. No hay vida ni progreso fuera del euro”.
A las clases medias conservadoras, Sarkozy les hablará un lenguaje de responsabilidad: “Para proteger el ahorro de nuestras familias debemos reducir la deuda del Estado: debemos reducir el tren de vida del Estado, como hacen las familias”.
A unos y otros, conservadores de muy distintas capillas políticas y sociales, Sarkozy intentará reconquistarlos con nuevas proposiciones, elitistas y populares, a un tiempo, como un referéndum nacional para aprobar cuestiones capitales, como la adopción, en Francia, al fin de la “regla de oro” que inscriba en la Constitución el control de las cuentas públicas, como ya hizo España el verano del 2011.

Campaña brutal

Sarkozy ha prometido el recurso a otros referendos nacionales para “zanjar” grandes problemas de fondo. Se trata, al mismo tiempo, de un recurso táctico, imprevisible, inflamable: “Dar la palabra al pueblo”, cuando el candidato socialista, François Hollande, anuncia una revisión de los proyectos de reformas europeos que se han comprometido aprobar una veintena de Estados miembros de la UE.
Abandonados los “atributos” del presidente de la República, convertido en “simple” candidato, Sarkozy anuncia una campaña agotadora y brutal: de dos a tres viajes semanales, por toda Francia, para volver cada noche al Elíseo.
Ese programa electoral, defendido a paso de carga, tiene un costo físico brutal. Muchas fotos recientes descubren un Sarkozy demacrado, con huellas muy visibles de cansancio. El presidente sigue haciendo deporte dos o tres días por semana. Y sigue un régimen gastronómico muy estricto. Algunos confidentes han descubierto el rostro más íntimo de un presidente “víctima” de un padre de familia con niña nacida hace pocos meses: “Con frecuencia, Sarkozy confiesa, en privado, que la pequeña Giulia se despierta varias veces cada noche trastornando el sueño de sus padres, Carla y Nicolas”.

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